El aceite de oliva refleja el desarrollo de nuestra civilización; historia, cultura y agricultura aunadas en un producto único que habla de las civilizaciones que se asentaron en el Mediterráneo.
Durante esta ocupación, se intensificó el cultivo alrededor del trazado de la conocida Vía Augusta, cuyo recorrido pasa por Sant Jordi.
Esta es una de las causas por las que encontramos en la zona de El Baix Maestrat la mayor concentración de olivos milenarios a nivel mundial.
Gracias a la población local ha sido posible preservar estos ejemplares que en muchos casos datan de la época romana.
La tradición en esta zona ha pasado de padres a hijos durante generaciones, y es así como, tanto los olivos, como los procesos de elaboración artesanal del aceite de oliva han conseguido sobrevivir hasta nuestros días.
Los primeros métodos de extracción utilizados están fechados en el 5.000 a.C.
El proceso original consiste en utilizar morteros de piedra, donde las aceitunas se convierten en pasta, y posteriormente se almacenan en recipientes hechos a base de rama de aceituna entrelazadas y prensas de piedra.