Los olivos milenarios. Descubre su interesante historia.

Los olivos milenarios son algunos de los primeros árboles domesticados por la civilización. Estos árboles majestuosos se extienden desde hace más de mil años entre los 27 municipios que comprenden las zonas de Castellón, Tarragona y Teruel principalmente, donde la población de olivos cuenta con algo más de 6000 ejemplares. 

Los olivos son uno de los árboles más longevos que encontramos en la naturaleza, en parte por la gran resistencia que muestran frente a condiciones meteorológicas adversas como las sequías, y su fruto ha marcado y condicionado la cultura y la gastronomía mediterráneas. 

Su importancia como patrimonio único de la Humanidad es tan relevante que incluso desde hace dos años la UNESCO ha marcado una fecha especial en el calendario para homenajear a este increíble árbol, y el 26 de noviembre ha pasado a ser el Día Mundial del Olivo, considerado no sólo con la fuente de un producto altamente beneficioso para la salud, sino también como parte fundamental de nuestra alimentación y el motor de la economía de muchas personas.

 

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Olivos milenarios: historia y características

El cultivo de olivos es una tradición mediterránea que empezó con los fenicios y que se ha mantenido en el tiempo gracias a una sólida tradición cultural que ha ido pasando de generación en generación hasta nuestros días, y que ha velado porque estos árboles se conviertan en narradores de grandes historias por el simple hecho de existir. 

La zona del Maestrazgo es testigo de esta pervivencia cultural que data de la época romana, y ha conseguido que tradición y modernidad empiecen a entenderse y a respetarse por un bien común: la conservación de los olivos milenarios.

El árbol de olivo más antiguo de España se considera que fue plantado hace 1702 años, y se encuentra en la zona de Ulldecona, Tarragona. Se trata de un ejemplar de olivo de la variedad Farga, que da como resultado un aceite de oliva virgen extra  embriagadoramente aromático y agradable a los sentidos. 

El olivo milenario es un luchador nato: acostumbrado a sobrevivir en suelos pobres y muy secos durante eternas temporadas estacionales. Su increíble resistencia le permite crecer en estas circunstancias sin que la calidad de sus productos se vea mínimamente afectada.

Uno de sus puntos fuertes para crear una de las mayores resistencias del reino vegetal, reside en su estructura base: el diámetro de su tronco crece en forma de espiral y va tornándose más y más grueso con el paso de los años, proporcionando una gran estabilidad al árbol.

No obstante, y a pesar de los tamaños que pueden llegar a alcanzar (10 metros de diámetro de tronco y hasta 30 metros de alto de copa) la producción de olivas que dan es bastante modesta. Sus frutos maduran a lo largo del verano y hasta principios del mes de diciembre, aunque la tendencia del sector está siendo recoger las olivas más bien verdes para garantizar que el posterior aceite de oliva virgen extra tenga la acidez y amargor adecuados. 

 

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El oro del Mediterráneo: Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)

El aceite de oliva virgen extra es uno de los productos más representativos de la dieta Mediterránea, reconocida tanto a nivel nacional como a nivel internacional como un producto único y con un papel muy destacado en la preparación de todo tipo de platos.

Los olivos fueron una de las primeras plantas domesticadas por las personas, y la producción de aceite de oliva virgen extra es un negocio que ha mantenido económicamente a cientos de generaciones, y cuyo negocio se encuentra al alza en las últimas décadas.

En la actualidad, España es el mayor productor de aceite de oliva virgen extra de la Unión Europea, según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y el principal exportador a nivel mundial, y estas cifras no solo son la tendencia de los últimos años, sino que prevén un aumento en el futuro.

 

Presente y futuro de los olivos milenarios

Dado que la demanda de aceite de oliva virgen extra (AOVE) es cada vez mayor a nivel mundial, el cultivo de olivos se ha extendido más allá de las fronteras mediterráneas, y ya es común empezar a ver cultivos de este árbol en latitudes entre los 30º y los 40º, que aspiran a contar en algún momento con olivos milenarios capaces de producir aceites de gran calidad y de características similares a los originarios de su zona originaria.

A pesar de que los olivos milenarios son todo un símbolo de respeto por la tradición de la agricultura y la paciencia que conlleva el respeto por la naturaleza, existe también un lado oscuro y vinculado a la mera especulación económica. 

Al tratarse de una planta de baja producción, muchos agricultores no ven la posibilidad de mantener un negocio rentable a partir de sus frutos, y deciden que es más lucrativo vender estos árboles que preservarlos como parte del patrimonio de la Humanidad y como legado para las generaciones futuras. 

Los olivos milenarios pueden alcanzar precios de hasta 50.000€ euros en el mercado de lujo. Entre sus principales compradores se encuentran países del norte de Europa y del Este, que generalmente buscan estos árboles como elementos ornamentales de jardines, campos de golf, hoteles de lujo, entre otras zonas dentro y fuera de las ciudades.

La venta de olivos milenarios es un lucrativo negocio al alza que, no obstante, deja un muy ligero beneficio a sus propietarios, ya que estas desorbitadas ventas las suelen realizar empresas privadas especializadas en el mercado de lujo. De todo esto el agricultor recibe un ingreso mínimo por la venta, y la pérdida cultural es inmensa, ya que vendiendo el territorio se pierde una parte de la Historia y se trunca el legado de las próximas generaciones. Los olivos milenarios han sido el referente de muchas generaciones, y su valor va mucho más allá del puro valor económico

Salvar los olivos milenarios es una responsabilidad colectiva, y requiere de la implicación ciudadana e institucional. Un agricultor merece poder vivir de sus campos, pero sin el soporte adecuado, es difícil que pueda mantener una tradición que no le puede garantizar una subsistencia mínima. 

Está en nuestras manos poder preservar de la extinción los olivos milenarios, y mantener el sitio que les corresponde en nuestra historia, y el trabajo de las asociaciones o la ley aprobada por el Parlament de Catalunya para salvar del expolio estos árboles, pueden ser unos primeros buenos pasos hacia la conservación de un paisaje más justo. 

 

Fotograma El Olivo , Iziar Bollaín

Trailer de la película “El Olivo”, de Iciar Bollarín. https://www.youtube.com/watch?v=KC6qSUFMTEo

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